Parecía que la cuenta atrás definitiva no iba a llegar, pero, sí, hoy es el día en que descontamos de 30 para abajo y estoy deseando que llegue...
Miss Chloe me recomendó en la entrada anterior que expresara mis emociones y para eso es este post, como ya quedan pocas cosas que preparar, da tiempo a reflexionar sobre la boda y lo que supone...
El día de la boda no me preocupa en absoluto, de momento no estoy nerviosa y duermo a pierna suelta por las noches, si acaso un poco sensiblona pero nada más. (ahora empezareis a decirme que estoy loca y que no es normal, pero me explico...) Ya esta todo organizado, y nosotros (los novios) ya hemos hecho lo que estaba en nuestra mano para que saliera bien, si llega el día y los invitados no tienen ganas de fiesta por mucho que trajéramos un concierto en directo no serviría de nada. Así pues, que el día salga bien no lo podemos controlar, es lo que esperamos pero ya hemos hecho todo lo que podíamos hacer para conseguirlo, así que preocuparse a estas alturas es un gasto de energía innecesario. La gente a la que le contamos que estamos la mar de tranquilos no lo entiende, pero es la verdad.
Ahora...el matrimonio...es harina de otro costal, la boda y todos los preparativos son para después de que pase el gran día B disfrutar del matrimonio con mi marido y dar un cambio de vida muy grande, nosotros aún no vivimos juntos así que haceros una idea...él se queda en su pueblo natal y soy yo la que se traslada allí a vivir, lejos de mi familia y amigos (no mucho la verdad, 100 km pero ya son 100 km ida y otros 100 vuelta los que tengo que hacer si quiero verles o compartir momentos con ellos).
Aunque tengo fe en que la convivencia será buena, porque 10 años juntos dan para conocerse bastante, eso no quita que tendremos que acostumbrarnos a las rutinas del otro, normas, y manera de vivir en general. Llegar a formar nuestro hogar con nuestras normas y rutinas, que vendrán de poner en común las que traemos de "casa de papá y mamá"
También me planteo el paso tan grande que voy a dar: MATRIMONIO así en mayúsculas unirme a una persona para toda la vida (esa tiene que ser la idea, sino ni te molestes en casarte) que salga o no es otra cosa pero esa es la intención y apoyarle, amarle y respetarle todos los días lo que es una responsabilidad bastante grande, junto con formar un hogar y una familia.
También pienso en él, y en que no podía haber elegido un compañero de viaje mejor, me caso enamorada como el primer día (o más, aunque suene a tópico) y eso que ya son 10 años que no es moco de pavo, y tengo ganas de estar junto a él muchos años mas, y es la verdad me caso 100% convencida de que es ÉL hombre de mi vida, y me consta que yo también para él así que esperemos que así sea.
Reflexiono sobre los feos que han tenido ciertas personas con nosotros en los preparativos de la boda como excusas tontas para no venir, menospreciar nuestras ideas respecto a esto o a lo otro, comentarios hirientes, gente que se presenta en las despedidas sin ser invitados/as, criticar como organizamos las cosas o que queramos seguir ciertas tradiciones...en fin de todo y para todos los gustos, pero no podemos dejar que nadie nos amargue nuestro día como todo esto pasó hace tiempo y ahora solo hablan con nosotros los que están interesados en ir y nos quieren de verdad pues lo recuerdo y me rio pensando la gente tan ridícula que hay por el mundo nada mas, y que aunque lo intenten no podrán estropearnos el día con sus comentarios o mala intención no podemos dejar que nos afecte. Eso sí nos hemos dado cuenta de quien realmente se alegra por nuestro enlace y a quien le corroe la envidia, y desgraciadamente hay personas tanto por su lado como por el mio...y no son casos aislados, los datos hablan por si solos, se nos han caído unos 200 invitados, 150 adultos y 50 niños mas o menos, y aunque algunos eran compromisos otros nos han dolido de verdad al darnos cuenta de que creíamos tener una relación con ellos que no era reciproca, c'est la vie.
Espero no haberos aburrido mucho con mis pensamientos...